The Heart of Me ~ El Corazon de Mi

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Waialua, Hawaii
Shamanic Dream Weaver ~ Magical Mermaid Poetess ❤ Tejedora de Sueños Chamánicos ~ Sirena Poetisa Mágica

CUANDO ME AME LO SUFICIENTE



Se inicia con la siguiente introducción:


"Durante muchos años he vivido con un corazón resguardado. No sabía cómo extenderme el amor y la compasión hacia mí misma. En mi cuadragésimo año de vida esto comenzó a cambiar.

Al llegar a amar a todo lo que soy, la vida empezó a cambiar en formas bellas y misteriosas. Mi corazón se ablandó y comenze a ver con ojos muy diferentes.

Mi compromiso de seguir a este llamado se hizo fuerte y en el proceso una inteligencia divina vino a guiar mi vida. Creo que este recurso siempre presente es la gracia, y está disponible para todos nosotros.

Durante los últimos doce años he estado aprendiendo a reconocer y aceptar este regalo. Cultivar el amor y la compasión por mí misma lo hicieron posible.

Los siguientes pasos son únicamente míos. Los tuyos pueden ser diferentes. Pero lo que sí espero es que lo mío le de voz a un hambre que tu puedes compartir..."


"Cuando me amé lo suficiente dejé de conformarme con muy poco.

Cuando me amé lo suficiente llegué a conocer a mi propia bondad.

Cuando me amé lo suficiente empecé a tomar al regalo de la vida en serio y con gratitud.

Cuando me amé lo suficiente empecé a saber que yo estaba en el lugar correcto en el momento adecuado y me pude relajar.

Cuando me amé lo suficiente me sentí obligada a reducir la velocidad hacia abajo. Y eso ha hecho toda la diferencia.

Cuando me amé lo suficiente me compré una cama de plumas.

Cuando me amé lo suficiente llegué a amar el estar sola rodeada de silencio, impresionada por su encanto, escuchando al espacio interior.

Cuando me amé lo suficiente llegué a ver que no soy especial, sino que soy única.

Cuando me amé lo suficiente redefini al éxito y la vida se convirtió en sencilla. Ah, el placer de ello.

Cuando me amé lo suficiente llegué a saber que soy digna de conocer a Dios directamente.

Cuando me amé lo suficiente empecé a ver que no tenía que perseguir a la vida. Si estoy tranquila y quieta, la vida viene hacia mí.

Cuando me amé lo suficiente di por vencida a la creencia de que la vida es dura.

Cuando me amé lo suficiente llegué a ver al dolor emocional como una señal de que estoy operando fuera de la verdad.

Cuando me amé lo suficiente permiti que el marimacho en mí se hamacara de la cuerda en el Cañón del Jackass. ¡Sí!

Cuando me amé lo suficiente, aprendí a satisfacer mis propias necesidades y a no llamarlo egoísta.

Cuando me amé lo suficiente las partes de mí largamente ignoradas, los huérfanos de mi alma, dejaron de competir por llamar la atención. Ese fue el comienzo de la paz interior. Entonces comencé a ver con claridad.

Cuando me amé lo suficiente empecé a ver que los deseos del corazón suceden, y llegué a ser más paciente y tranquila, excepto cuando se me olvida.

Cuando me amé lo suficiente dejé de ignorar o tolerar al dolor.

Cuando me amé lo suficiente empecé a sentir todos mis sentimientos, no solo analizarlos sino que realmente sentirlos. Cuando lo hago, sucede algo asombroso. Pruebalo. Ya lo verás.

Cuando me amé lo suficiente mi corazón se volvió tan tierno que pude darle la bienvenida a la alegría y a la tristeza por igual.

Cuando me amé lo suficiente empecé a meditar todos los días. Este es un profundo acto de amor propio.

Cuando me amé lo suficiente me llegué a sentir como un regalo para el mundo y coleccione preciosos moños y lazos. Ellos todavía cuelgan en la pared para recordarmelo.

Cuando me amé lo suficiente, aprendí a preguntar: '¿Quién en mí se siente de esta manera?' cuando me siento ansiosa, enojada, inquieta o triste. Si escucho pacientemente descubro quien necesita de mi amor.

Cuando me amé lo suficiente deje de necesitar a las cosas o las personas para hacerme sentir segura.

lo llame desleal. Ahora lo veo como amor propio.

Cuando me amé lo suficiente di por vencido al perfeccionismo ese asesino de la alegría.

Cuando me amé lo suficiente pude decir la verdad acerca de mis dones y mis limitaciones.

Cuando me amé lo suficiente dejé de contestar el teléfono cuando no quiero hablar.

Cuando me amé lo suficiente perdonar a los demás se volvio irrelevante.

Cuando me amé lo suficiente pude recordar que, en tiempos de confusión, la lucha o la pena, son también parte de mí y se merecen de mi amor.

Cuando me amé lo suficiente pude permitir que mi corazón se rompiera abierto y tomara el dolor del mundo.

Cuando me amé lo suficiente empecé a recoger basura en la calle.

Cuando me amé lo suficiente pude sentir a Dios en mí y a ver a Dios en ti. ¡Eso nos hace divinos! ¿Estás listo para esto?

Cuando me amé lo suficiente empecé a escribir sobre mi vida y puntos de vista porque supe que era mi derecho y mi responsabilidad.

Cuando me amé lo suficiente empecé a ver mi propósito y suavemente me separe a mi misma de las distracciones.

Cuando me amé lo suficiente vi que a lo que me resistía persistia como un niño pequeño tirando de mi falda. Ahora estoy curiosa y amable cuando la resistencia tira.

Cuando me amé lo suficiente aprendí a dejar de hacer lo que estoy haciendo, aunque no mas sea por un momento, y a consolar a la parte de mí que tiene miedo.

Cuando me amé lo suficiente, aprendí a decir no cuando lo quiero y sí cuando lo quiero.

Cuando me amé lo suficiente vi más allá del bien y del mal y me volvi neutral. Al principio pensé que esto era indiferencia; y ahora veo a la claridad que viene con la neutralidad.

Cuando me amé lo suficiente empecé a alimentar a mi hambre por la soledad y a disfrutar de la alegría inexplicable que es su compañera.

Cuando me amé lo suficiente pude ver lo divertida que es la vida, lo divertida que soy y lo divertido que eres.

Cuando me amé lo suficiente reconoci a mi coraje y miedo, mi ingenuidad y sabiduría, y hago un lugar para cada uno en mi mesa.

Cuando me amé lo suficiente empecé a obsequiarme con un masaje al menos una vez al mes.

Cuando me amé lo suficiente me di cuenta que nunca estoy sola.

Cuando me amé lo suficiente deje de tenerle miedo al tiempo vacío y deje de hacer planes. Ahora hago lo que se siente bien y sigo el paso con mis propios ritmos. ¡Delicioso!

Cuando me amé lo suficiente dejé de tratar de impresionar a mi hermano.

Cuando me amé lo suficiente dejé de tratar de desterrar a las voces críticas de mi cabeza. Ahora digo, 'gracias por tus opiniones' y ellas se sienten escuchadas. Fin de la discusión.

Cuando me amé lo suficiente permiti a la parte de mí que aún echa de menos a Kent a sentirse triste en vez de intentar que ella dejara de amarlo.

Cuando me amé lo suficiente empecé a comprar un pastel de frutas para la adolescente en mí, que los ama. De vez en cuando, cerezas.

Cuando me amé lo suficiente dejé de tratar de ser una salvadora para los demás.

Cuando me amé lo suficiente perdí el miedo a decir mi verdad porque he llegado a ver lo bueno que es.

Cuando me amé lo suficiente empecé a verter mis sentimientos en mis diarios. Estos compañeros amantes hablan mi idioma. Sin necesidad de traducciones.

Cuando me amé lo suficiente dejé de buscar a los 'expertos' y comenze a vivir mi vida.

Cuando me amé lo suficiente llegue a ver cómo mi ira enseña acerca de la responsabilidad y mi arrogancia enseña acerca de la humildad, asi que los escucho a ambos cuidadosamente.

Cuando me amé lo suficiente empecé a comer alimentos cultivados orgánicamente (excepto por los ocasionales pasteles de frutas, por supuesto).

Cuando me amé lo suficiente logre sentirme comoda con las idas y venidas del juzgamiento y la desesperación.

Cuando me amé lo suficiente fui capaz de regalarme un corte de pelo por $50 y a disfrutar de cada minuto de él.

Cuando me amé lo suficiente abandone la necesidad de tener razon lo que hizo carecer de sentido al hecho de estar equivocada.

Cuando me amé lo suficiente aprendí a afligirme por las heridas de la vida cuando estas se producen en vez de hacer a mi corazón pesado por cargarlas alrededor.

Cuando me amé lo suficiente me perdone por todas las veces que pensé que no fui lo suficientemente buena.

Cuando me amé lo suficiente las cosas se volvieron realmente calmas en el interior. Realmente bonito.

Cuando me amé lo suficiente empecé a escuchar a la sabiduría de mi cuerpo. Este habla con tanta claridad a través de su fatiga, su sensibilidad, su aversión y su ansia.

Cuando me amé lo suficiente dejé de temerle a mi miedo.

Cuando me amé lo suficiente dejé de revivir el pasado y preocuparme por el futuro - lo que me mantiene en el presente donde vive la vitalidad.

Cuando me amé lo suficiente, me di cuenta que mi mente puede atormentarme y engañarme, pero al servicio de mi corazón es un gran y noble aliado.

Cuando me amé lo suficiente empecé a saborear a la libertad.

Cuando me amé lo suficiente encontré mi voz y escribi este libro."


---Kim McMillen


Sobre la autora:

Por Alison McMillen, Enero de 2001

Mi madre murió en Septiembre de 1996, a la edad de 52 años, sólo unos pocos meses después de haber escrito este libro. Ella no estuvo enferma y no sabía que iba a morir. Su muerte fue muy repentina y consterno profundamente a todos los que la conocían. Ha sido muy difícil para mí, así como sus familiares y amigos, hacerle frente al vivir sin ella. Murió muy joven, y soy consciente de su ausencia en cada momento en que estoy despierta.

Una de las cosas que ha hecho del duelo por su muerte más tolerable ha sido este libro. Siguiendo su ejemplo, yo seguí publicandolo fuera de mi casa. Ha sido un trabajo muy gratificante. He recibido innumerables cartas y llamadas telefónicas de personas en todo el mundo que han sido tocadas por la sabiduría de las palabras de mi mamá. Me dicen que se sienten como si, a través del libro, han llegado a conocer intimamente a Kim McMillen. Yo no podría estar más de acuerdo.

Este libro es mi madre. Su mensaje es que ella llevo años meditando, leyendo y escribiendo sobre ello y experimentando. Es todo lo que ella creía, y todo lo que ella me llevó a creer. Esta es su autobiografía, su declaración, su alma.

A pesar de que ella no sabía que se acercaba al final de su vida, sabía en algún nivel que tenía que expresar las cosas que había aprendido que eran la verdad. Después de muchos años llenos de dudas y autocrítica, se decidió a dedicarse a la búsqueda de la auto-compasión. Cuando lo hizo, y fue capaz de escribir sus conclusiones para que otros lo lean, su vida estuvo completa, y tristemente llego a su fin.

Tengo un dolor constante en mi corazón, un deseo de verla, escucharla de nuevo en este mundo. Ella era una madre increíble, amiga, escritora, consultora de negocios, capellán, corredora de ríos, amante de los perros, una vecina y una mujer. Aunque la echo de menos terriblemente, me consuela el saber que, como este libro es la expresión más auténtica de lo que mi mamá fue, en su existencia, lo que tenía que ofrecerle al mundo vivirá.


♥.¸¸.•´¯`»✿◕❤


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